WikiLeaks Julian Assange by Surian Soosay

“Trump es un lobo con piel de lobo” Julian Assange

Entrevista a Julian Assange, fundador y director de WikiLeaks

“WikiLeaks siempre va a ser el chico malo. El día que dejemos de ser los chicos malos será porque no estamos haciendo nuestro trabajo.”

Santiago O’Donnell
Página 12

Después de publicar los documentos que terminaron de hundir la candidatura de Hillary Clinton a la presidencia de Estados Unidos, después del indulto de Obama a su fuente Chelsea Manning, después de más de cuatro años de encierro en la embajada de Ecuador en Londres y de que Gran Bretaña fuera acusada de detención ilegal por retenerlo ahí, a un mes de las elecciones en Ecuador que serán clave para su futuro, Julian Assange, director de WikiLeaks, accede a hablar de todos estos temas.

Sweater azul y pantalón verde arrugados, zapatillas rojas y barba blanca como su piel, da vueltas alrededor de una larga mesa en la sale de conferencias de la embajada de Ecuador en Londres. Mientras circula contesta preguntas durante más de dos horas. Habla con voz grave en forma pausada y deliberada, entre largos silencios, como una llama que de a ratos parece apagarse a la espera de una idea y cuando ésta llega, se vuelve encender.

Suena confiado y seguro cuando habla de WikiLeaks y el lugar que ocupa su sitio de filtraciones en el mundo de los medios pero duda de su propio futuro, jaqueado por sus problemas legales con Suecia, Gran Bretaña y Estados Unidos, más el inminente cambio de gobierno en el país que le ha dado refugio. No esquiva ninguna, pero vuelve una y otra vez a quien a esta altura parece haberse convertido en su enemiga íntima, Hillary Clinton, como si ya extrañara su ausencia del escenario político.  

–¿Qué piensa de Trump?

–Es un populista de derecha, una clase de político con amplios antecedentes en la historia de América latina. Lo inusual es que la red de influencia de Clinton creció y se expandió tanto durante la presidencia de Barack Obama, que los demócratas se han convertido en el partido del establishment en Estados Unidos. Entonces te encontrás en una situación en la que el apoyo a la CIA por parte de los Demócratas es del 32 por ciento y entre los republicanos el apoyo a la CIA es de apenas el 2 por ciento. Tenés a los demócratas buscando un conflicto con Rusia y a los republicanos diciendo que no hay que pelearse con Rusia. Tenes a los demócratas diciendo que la destrucción de Libia y Siria es una cosa buena, mientras tenés a los republicanos diciendo que no hay que meterse en esos países. Tenés a los demócratas diciendo que la alianza con los saudíes es algo bueno y hay que mantenerla y muchos congresistas republicanos apoyan esa postura también. Entonces Trump debe tomar la postura contraria para diferenciarse. Claro que ahora que los republicanos están en el gobierno todo puede cambiar, pero en este momento hay un contraste muy grande entre el gobierno que se fue y el que llegó. Los halcones neoconservadorews como Paul Wolfowitz, Robert Kagan, y William Kristol, la gente que rodea a George W. Bush, yo pensé que eran republicanos, se presentaban como ultrarepublicanos pero en esta última elección elogiaron y apoyaron a Hillary Clinton. Eso te dice algo de Hillary Clinton, de Trump y de los neoconservadores.  

–¿Cómo concilia a ese justiciero librepensador que usted describe con el racista, misógino y xenófobo que conoció la opinión pública?

–Trump es un milmillonario que ha formado parte de la elite de Nueva York y sus viejos amigos incluyen a los Clinton. Pero no forma parte de la red de poder en Washington. El partido republicano no apoyó su candidatura. El hecho de que sea un misógino y un racista lo hemos visto todos. Él ha exhibido esa conducta. Cuánto de eso fue sincero y cuánto fue para congraciarse con la base blanca republicana no lo sé. Clinton intentó usar la carta de las políticas de identidad en la campaña. Dijo con mucha fuerza que ella era la candidata de los negros, las mujeres y los latinos. Como resultado de proyectarse como la candidata de esos grupos de identidad quienes no pertenecían a esos grupos empezaron a pensar, ¿entonces quién es el candidato de mi grupo? Y así se fueron acercando Trump.

 

–Usted dijo que no hubo contacto antes de publicar las filtraciones de lo emails de Hillary Clinton. ¿No le hubiera convenido negociar con él antes de publicar la información, cuando usted tenía mayor poder de fuego?

–En lo personal seguramente me hubiera favorecido, pero no. Era importante no tener contacto.

 

–¿Por qué?

–Para prevenir alegaciones de que la publicación estaba políticamente contaminada. No lo publicamos para favorecer a Trump. Lo publicamos por nuestras propias razones. Miralo desde perspectiva de WikiLeaks. Si nosotros tenemos acceso a información importante para entender cómo funciona la red Clinton en Washington y dentro del partido Demócrata es porque le hemos asegurado a nuestras fuentes que vamos publicar esa información de la manera más apropiada y en el contexto en que pueda tener el mayor impacto. Nosotros, como la gran mayoría de los analistas, pensamos que iba a ganar Clinton y que por lo tanto estábamos enfureciendo a la futura presidenta de Estados Unidos. Pensamos que en su presidencia mi situación se tornaría muy difícil y que continuaría el proceso contra mí del gran jurado que me investiga en Estados Unidos. Pensamos que nos estábamos sacrificando. Yo no creí que el establishment iba a dejar que Trump ganara. Trump tenía a todos los sectores del establishment en su contra excepto los productores de carbón, que ya ni siquiera son un establishment importante de la economía. Tenia a los bancos en contra, los medios en contra, a los políticos en contra, a Silicon Valley en contra. Eric Schmidt, presidente de Google, trabajó activamente para la campaña de Clinton. ¿Por qué perdieron? Porque leyeron las encuestas y pensaron que no podían perder. Si hubieran pensado que perdían, hubieran multiplicado sus donaciones de campaña hasta asegurarse que ganara Hillary Clinton. Pero no van a regalar plata. Dieron lo que pensaron que era necesario y no más.

 

–¿Cómo es la relación entre Trump y la CIA?

–La CIA peleó para que Trump no llegase a la presidencia. En las últimas dos semanas de su gobierno Obama firmó una serie de decretos para incrementar el poder de las agencias de inteligencia. Por ejemplo le dio a 16 agencias de inteligencia acceso a los miles de millones de correos electrónicos, mensajes de texto y llamadas telefónicas interceptadas a diario por de la Agencia de Seguridad Nacional (NSA). La agencia que realmente quería acceso a ese océano de información es la CIA. También sacó a los servicios de inteligencia de la ley de empleo público así se les puede pagar mejor a los agentes y darles mejores condiciones de trabajo. Todo esto demuestra que en sus semanas finales el gobierno de Obama buscó acercarse a la comunidad de inteligencia o pagar una deuda. La CIA se había opuesto a Trump. ¿Por qué? La razón principal es el programa en Siria, cuyos directivos habían sido nombrados por Barack Obama. En términos presupuestarios, es el proyecto numero 1 de la agencia desde el 2010, costando aproximadamente un billon de dólares por año. Se entrenó a más de 10.000 insurgentes y se llevó adelante en el marco de cooperación encubierta con Arabia Saudita, con Kuwait y Qatar, etc. etc. Toda esa gente en la CIA que había ganado experiencia en Siria y que había dedicado sus últimos años al tema se vio disminuida cuando Trump decidió no continuar el programa y ahora están peleando para mantenerlo. Además, muchos agentes de la CIA mantienen el espíritu antirruso de la Guerra Fría. Con la asunción de Trump, esos agentes se vuelven irrelevantes. Así que la CIA tiene mucho incentivo para arrinconar a Trump y obligarlo a seguir con la operación siria y a tomar distancia de los rusos. En esto último ya se ve un resultado: Trump claramente ya está usando un tono más distante para hablar de Rusia.

 

–¿Y el FBI cómo se lleva con Trump? ¿No había ayudado a Trump en la elección?

–No. Es equivocado pensar que Comey (James, jefe del FBI) reabrió una investigación contra Hillary Clinton 10 días antes de la elección como una forma de lanzar un terrible ataque en contra de su candidatura.

 

–Pero, además de lo de Comey en la página wb del FBI, publicaron una vieja investigación cerrada contra Bill Clinton a pocos días de las elecciones.

–Otra percepción errónea. Lo que pasa es que bajo la ley de acceso a la información, cuando dos o más personas requieren y obtienen un documento, las agencias están obligadas a imprimir en su página web la misma información que se les entrega a esas personas. Y en los días previos a la elección muchos periodistas hurgaban información sobre los Clinton y eso fue lo que sucedió con la página web del FBI. Con respecto a lo de Comey, él limpió la investigación de los emails de Hillary Clinton. Cualquier persona que no se llame Hillary Clinton hubiera sido procesada, en base a las pruebas. No solo es que Hillary Clinton comunicó información secreta a través de un email privado no declarado. Lo hizo. Más serio me parece que pueda haber recibido coimas cuando era secretaria de Estado a través de la Fundación Clinton. Después, el hecho de haber borrado más de 33.000 mails cuando ya sabía que era investigada y el encubrimiento para tapar lo que había hecho. ¿Y por qué hizo esto Hillary Clinton? Para evitar la ley de acceso a la información. Entonces creó un servidor privado en su propia casa porque algunas de sus comunicaciones podían ser problemáticas en su camino a la Casa Blanca. En cierto modo es una tragedia griega. Primero quiso ocultar información y luego quiso ocultar que había querido ocultar información. El primer encubrimiento no había sido demasiado grave pero luego intentó ocultar que intentó ocultar y después intentó ocultar que había intentado ocultar lo que había ocultado y la cosa se complicó demasiado. Como en un cuento de Tolstoi, empezó con un crimen pequeño y luego uno mas grande para tapar el anterior y luego otro más grande, hasta que termina cometiendo un crimen grave. Entonces, ¿por qué habló Comey? Porque entendió que entre su tropa había empezado una revuelta porque los agentes directamente involucrados en la investigación de los emails habían empezado a filtrar información a la prensa y la policía de Nueva York, que también participó en la investigación, también empezó a filtrar los datos que habían encontrado. Y esos agentes empezaron a preguntar por qué la cabeza del FBI y del Departamento de Justicia no apoyaban su investigación. Y estos agentes desencantados concluyeron que Hillary Clinton había frenado la investigación; entonces ellos mismos empezaron a investigar a las cabezas del FBI y el Departamento de Justicia. A días de las elecciones había surgido información nueva y Comey quiso anticiparse a las filtraciones y por eso escribió una carta a un comité del Congreso para anunciar la reapertura de la investigación. Pero Comey cometió un error político. Quería limpiarse para que no le acusaran de encubrir a Hillary Clinton, pero terminó atrayendo atención a su persona.

 

–¿Qué rol cumplió WikiLeaks en el triunfo de Trump?

–Yo prefiero preguntar qué rol tuvo WikiLeaks en tirar abajo a Hillary Clinton y su red de Washington D.C. WikiLeaks se especializa en publicar documentos difíciles de conseguir, de gobiernos y grandes corporaciones. Eso incluye los emails de Hillary Clinton. A medida que fuimos obteniéndolos, fuimos publicándolos, indexando y agregando según el año a los distintos documentos relacionados con Hillary Clinton que teníamos en nuestra colección. Así la gente percibió que queríamos más información y que la publicaríamos, después de verificarla y asegurarnos de que sea verídica. Entonces veníamos haciendo eso con sucesivas publicaciones. La primera que tuvo un impacto político enorme se refería a los documentos del Comité Nacional Demócrata (DNC, en inglés), unos 20.000 emails que mostraban cómo el DNC había manipulado la elección primaria para asegurarse de que ganara Hillary Clinton. A partir de esa publicación los cinco principales líderes del DNC renunciaron, incluyendo la presidenta Debbie Wasserman Schultz. Lo publicamos en los días previos a la convención del Partido Demócrata en la que se anunció la nominación de Hillary Clinton.

 

–¿Qué impacto tuvo esa revelación en los votantes?

–Difícil decir. Mucha gente que había participado en las primarias, al descubrir que estaban arregladas, se puso furiosa. Otros tantos ya venían furiosos de antes porque habían visto distintas evidencias de trampa durante toda la campaña. Supongo que nuestro material tuvo un gran impacto porque no había habido renuncias hasta que publicamos la prueba documental. La constitución del DNC dice que sus autoridades deben manejarse de una manera estrictamente imparcial. Prohíbe explícitamente a las autoridades favorecer a un candidato en detrimento del otro, y los emails que publicamos mostraban precisamente eso, incluyendo instrucciones directas a través de la cadena de mandos.

–Y a más largo plazo, ¿cuál fue el impacto? Usted mencionó la destrucción de la red de los Clinton.

–Una red muy intricada. La destrucción o la marginalización de la red de los Clinton en Washington se pueden ver en la fuerte caída de grandes donaciones a la fundación Clinton y en el cierre de la Iniciativa Global Clinton. Era una red de tráfico de influencias en la que Hillary Clinton era la que traficaba mientras Bill Clinton gobernaba en la Casa Blanca. Cuando se termina la presidencia de Bill Clinton el principal atractivo que mantiene a la red funcionando es la idea de que Hillary llegará a la Casa Blanca. Entonces tenés a los saudíes, a los kuwaitíes y Qatar y muchos otros intentando conseguir influencia a través de esta red.

 

–Entonces usted consiguió información de una fuente. ¿Sabe quién es la fuente o eso no importa? ¿Da lo mismo si es un arrepentido o una institución o una agencia de inteligencia? ¿O sólo importa que el documento sea verídico y encaje en su criterio de publicación?

–La fuente varía según la publicación. Lo más importante es verificar si el material es verdadero o no. Con respecto a esta publicación lo único que hemos dicho es que la fuente no fue el estado ruso y no diré nada más.

 

–Las agencias de inteligencia de Estados Unidos dicen que la información provino de hackers rusos y que también había sido hackeado el Partido Republicano. ¿A usted le ofrecieron documentos del Partido Republicano?

–La información de las agencias de inteligencia es extremadamente pobre. No, no. Si una fuente nos hubiera ofrecido ese material, y hubiéramos verificado la autenticidad de los documentos, por supuesto que los habríamos publicado.

 

–¿Piensa WikiLeaks publicar documentos sobre el gobierno de Trump?

–Ni siquiera entiendo que alguien pueda preguntárselo. Nosotros publicamos muchísimos documentos del gobierno republicano de George W. Bush y seguiremos haciéndolo con el gobierno de Trump.

–¿Y del gobierno de Putin?

–Nosotros publicamos más de 600.000 documentos de Rusia; más del 90 por ciento de esos documentos eran críticos del gobierno de Putin También publicamos más de dos millones de documentos de Siria, el aliado clave de Rusia, incluyendo los correos electrónicos de Bashir Al Assad, cuando yo ya estaba en esta embajada.

 

–Ninguna megapublicación es geopolíticamente neutral. Nada de lo que hace wikileaks es geopolíticamente neutral. Al publicar los mails de Hillary Clinton ustedes trabajaron a la par de Rusia para favorecer a Trump. ¿No siente que se cruzó un límite?

–Para nada. Como dije, nuestra fuente no es Rusia.

 

–Pero Rusia quería que ustedes lo publicaran.

–Es irrelevante. Rusia quiere algo, Estados Unidos quiere algo, es irrelevante. Podría importar en un caso extremo por ejemplo si una gran potencia esta intentando dominar a un país pequeño y si esa gran potencia nos diera material con tal de socavar la habilidad del país pequeño para resistir esa dominación, entonces no quiero ninguna parte de eso. Pero hasta ahora no hemos tenido ese problema. ¿Por qué? Porque las grandes potencias tienen grandes medios a su disposición, medios como la BBC o la CNN entonces tienen la capacidad de proyectar información que dañe o deje mal parado a quien sea. Son los países más pequeños los que necesitan que exista Wikileaks.

 

–¿Entonces le da lo mismo hacer un gol para los rusos o los chinos o los estadounidenses?

–WikiLeaks se especializa en publicar documentos secretos de las grandes potencias y de las corporaciones más poderosas. Quiere decir que siempre estamos bajo el fuego de los más poderosos cañones de propaganda. Entonces WikiLeaks siempre va a ser el chico malo. El día que dejemos de ser los chicos malos será porque no estamos haciendo nuestro trabajo.

 

–¿Qué opina del indulto a Chelsea Manning?

–Ante todo es un gran triunfo para Chelsea Manning pero también es un gran triunfo estratégico para Wikileaks. Para Chelsea Manning significa su libertad. En lo estratégico, Chelsea había sido usada como un ejemplo para desalentar a que otros arrepentidos a se conviertan en nuestras fuentes. La sometieron a un tratamiento cruel e inhumano según Naciones Unidos (dictamen de la Relatoría Especial sobre Tortura de la ONU, entonces a cargo del argentino Juan Méndez) y sentenciada a 35 años de cárcel, una pena extrema dado que se la había condenado por pasarle a la prensa, no a una potencia extranjera, documentos secretos del gobierno estadounidense. Fue una sentencia sin precedentes. Aun una pena de siete años (el tiempo que Manning pasó en la cárcel) por pasar información secreta a la prensa no tiene precedentes en Estados Unidos. Es una sentencia diseñada para que los empleados del gobierno de Estados Unidos tengan miedo de filtrar información sobre los abusos de las fuerzas armadas de Estados Unidos. La clemencia de Obama significa que ahora se percibe que filtrar a WikiLeaks ya no cuesta 35 años de cárcel, sino a lo sumo siete. Es una victoria para la prensa como institución. También es una victoria para el caso que me abrieron en Estados Unidos, donde Manning y yo figuramos como presuntos co-conspiradores, ya que complica políticamente la acusación del fiscal. ¿Y por qué lo hizo Barack Obama? Es un político. Es uno de los presidentes que menos perdones ha otorgado en la historia. ¿Perdonó a John Kiriakou, el ex agente de la CIA que denunció el programa de torturas de la agencia? ¿Perdonó a Thomas Drake, el ex ejecutivo de la Agencia de Seguridad Nacional, que había denunciado el primer programa de vigilancia masiva? No. Y eso que ambos habían seguido el proceso: primero hicieron la denuncia internamente y cuando fueron ignorados recién entonces acudieron a la prensa. ¿Lo perdonaron a Edward Snowden? ¿Me perdonaron a mí? Tampoco. Había una campaña enorme para que perdonaran a Snowden y alguno de estos otros. Entonces Obama tenía que darle algo a su base demócrata, al ala izquierda del partido que venía haciendo campaña con este tema.

–No prometió que se iba entregar a Estados Unidos si indultaban a Manning?

–Si. Lo dije el año pasado y lo repetí cuando se anunció que Manning estaba en la lista corta de posibles indultados. ¿Por qué se anuncia una lista corta? Para medir la opinión pública antes de decidir. Si hay un clamor en contra o a favor, el presidente suele seguir ese indicio, si no le importa a nadie decide por las suyas. ¿Por qué no hubo un clamor en contra en el caso de Manning? Porque aquellos en contra de WikiLeaks y de Manning pensaron que si Obama lo indultaba yo tendría que entregarme. Esa fue la idea: disminuir estratégicamente las posibilidades de que Manning no fuera indultada.

 

–¿Pero ahora se va a entregar?

–Si, si respetan mis derechos, pero no funciona así. Yo quiero entablar un dialogo con el Departamento de Justicia; antes de la elección le escribimos y le dijimos que cierre el caso porque no hay evidencias y es inconstitucional, pero si quiere seguir adelante, que me enjuicie públicamente de una vez y hacer pública la orden de extradición. Eso fue con la fiscal general Loretta Lynch. Ahora asumió un nuevo gobierno y cuando asuma Jeff Sessions seguiremos esa negociación. Nosotros creemos que deberían cerrar el caso contra WikiLeaks, que atenta contra la libertad de la prensa. Tal como se viene preparando, el juicio contra WikiLeaks seria en Alexandria, Virgina, donde está la mayor concentración de contratistas de la CIA en todo el país; estos formarían los potenciales jurados. Todavía hay cosas para hablar y la pelota está en su cancha.

 

–¿Qué piensa de la idea de Trump de construir un muro y frenar la inmigración? ¿No es peligrosa para América latina?

–El muro ya existe. Ahí donde no existe el muro construido existen fronteras naturales, como desiertos o ríos. El muro de Trump tiene un significado simbólico y no práctico. Pero si Latinoamérica percibe que Estados Unidos esta rechazando a la región, la consecuencia será que Latinoamérica rechazara a Estados Unidos. Esta simetría geopolítica puede ayudar a reforzar la soberanía y cooperación en de la región. Las instituciones están estructuradas para sobrevivir a los cambios de funcionarios electos. ¿Es más probable que Trump termine pareciéndose a la CIA o la CIA a Trump? ¿Que las agencias impositivas se parezcan a Trump o viceversa? ¿Que las fuerzas armadas se parezcan a Trump o ál a ellas? Siempre es más fácil que cambie el individuo a que cambie la institución. Independientemente de quién gobierne, Estados Unidos cometerá todo tipo de crímenes con sus poderes militares y de inteligencia. Al menos con Trump está todo a la vista y el jefe de Estado actúa públicamente como el gobierno que lidera, en vez de limpiar su imagen.

 

–¿Es bueno para México que Trump quiera suspender o renegociar su tratado de libre comercio con Canadá y Estados Unidos?

–Muy probablemente no sea bueno desde el punto de vista económico pero seguramente será bueno desde el punto de vista de la soberanía y la independencia. Ya se puede sentir que hay presión sobre el gobierno mexicano para que actúe de manera más soberana.

 

–Peña Nieto canceló su visita.

–Por ejemplo, Estados Unidos siempre actuó como una potencia imperialista. Entonces, ¿qué rol le cabe al presidente? Un rol representativo. Bajo la conducción de un hombre negro educado y cosmopolita como Barack Obama, el gobierno de Estados Unidos no se parecía a lo que era. Con Barack Obama se deportaron más inmigrantes que en cualquier otro gobierno y se paso de dos guerras a ocho. Supongamos que Argentina tiene un conflicto con el gobierno de Trump por su apoyo a Gran Bretaña en el caso de las Malvinas. ¿Es más fácil o más difícil para Argentina conseguir apoyo en la comunidad internacional que cuando era presidente Obama? Es más fácil con Trump. ¿Y a nivel nacional en Estados Unidos? Claro que será más fácil protestar contra las políticas de Trump. De hecho las protestas ya empezaron. Los demócratas, cuando están en la oposición pueden convertirse en una fuerza que restringe y controla al gobierno. Pero cuando llegan a la presidencia y al gabinete, se funden con las instituciones. El gobierno de Obama era un lobo con piel de oveja. El gobierno de Trump es un lobo con piel de lobo. Es más fácil tratar con un lobo que no se disfraza.

 

–¿Qué opina del giro a la derecha en la región y cómo le afecta a usted, que había recibido un fuerte apoyo de gobiernos de Brasil y Argentina que ya no están?

–Va a ser todo más difícil especialmente para Ecuador, que perdió a dos aliados fuertes. Pero yo creo que es erróneo decir que hubo un giro a la derecha. El cambio consistió en la aparición de un movimiento de protesta surgido de la explosión de Internet y las redes sociales. Eso favorece a la oposición porque el gobierno representa a la autoridad, y la libertad de expresión corroe esa autoridad. Hay otros factores pero ese es el más importante. Se hizo más fácil criticar a los gobiernos y los que estaban en el poder eran de izquierda. Pero ahora ese mismo movimiento de protesta está empezando a debilitar el gobierno de Macri. Algo similar sucedió en mi país hace algunos años. Las redes sociales llegaron a Australia un par de años antes que a América Latina. Entonces los gobiernos eran estables y solían durar una década. Desde entonces la duración promedio de un gobierno australiano no pasa de los dos años.

 

–¿Como está su gato?

–Está en el otro cuarto. Llegó recién nacido hace un año y ya es un gato adulto.

 

–¿Cómo afectó su vida?

–Tuvo un impacto bastante fuerte. Trajo vida animal a la embajada. Una de las cosas que más extraño es tener algún tipo de contacto con un animal. Cuando llegan vegetales a la embajada de tipo lechuga muy de vez en cuando había un bichito en la hoja y yo me excitaba mucho al verlo. El gato se ha convertido en una superestrella. Es uno de los gatos más famosos del mundo. Se asoma a la ventana y los paparazzi le hacen fotos. Pensamos que sería una buena incorporación para la embajada y que a las mujeres que trabajan acá les gustaría tener un gatito, pero terminaron queriéndolo demasiado y se armó una especie de competición para cuidarlo.

 

–No puedo dejar de preguntarle por la decisión de Ecuador de interrumpir su acceso a Internet durante el último mes de la campaña presidencial estadounidense.

–Había presiones muy grandes sobre mí. Pero WikiLeaks no será presionado. Nos aseguramos de que seguiríamos operando. No dejamos de publicar un solo día y publicando aunque yo tenía el acceso cortado. A lo sumo nos demoramos unas pocas horas. Estábamos preparados. Teníamos buenas fuentes en el gobierno estadounidense, sabíamos que Ecuador estaba siendo presionado. Ecuador y Estados Unidos por su parte niegan que hubiera presión. Pero por lo que me dicen mis fuentes, el gobierno demócrata estaba muy preocupado por nuestras publicaciones, e intentó influir a Ecuador, y lo hizo a través del secretario de Estado, John Kerry. Ecuador ha sido muy valiente en defenderme y darme asilo; ha resistido con mucha fuerza las presiones de Estados Unidos y Gran Bretaña durante estos cuatro años; yo le estoy agradecido por eso. Pero a pocas semanas de las elecciones en su propio país, el gobierno no quería que se le acusara falsamente de intervenir en la elección estadounidense, y digo que es una acusación falsa porque nosotros no publicamos desde la embajada sino desde Francia y Alemania. Mi análisis es que Ecuador quiso evitar que la CIA pudiera usar eso para legitimar una intervención en la elección ecuatoriana. Y Ecuador ya tiene experiencia en operaciones de la CIA. Entonces hizo este gesto de tomar distancia de nuestra publicación, de decir que el hecho de que yo esté refugiado en jurisdicción ecuatoriana obviamente no significa que Ecuador sea responsable por lo que publica WikiLeaks, como tampoco lo es el país de mi nacionalidad, Australia. Aunque no estoy de acuerdo con la manera en la que se hizo, es algo entendible.

 

–¿Como una orden y no como parte de un diálogo?

–Hubiera sido mejor trabajar el problema hasta encontrarle la mejor solución.

 

–Siendo que lo principal que lo separa de un preso común es su acceso ilimitado a Internet, me imagino que perder ese privilegio debe haber sido muy duro.

–También. Pero de alguna manera, en un ambiente que no ha cambiado en más de cuatro años, de repente hubo un cambio. Ese cambio supuso el desafío de coordinar a mi equipo en esas circunstancias. A mí me gusta un buen desafío. Entonces hubo un cambio y un desafío, con lo cual fue duro pero distinto.

 

–¿Qué hacía? ¿Leía libros?

–Nooo. Tenía mucho trabajo. Tenía que implementar un sistema de comunicación alternativo.

 

–¿Entonces tenía muchas reuniones? ¿Mucho contacto cara a cara?

–Muchos courriers, muchas palomas mensajeras.

 

–Una buena pelea.

–Fue un momento muy tenso. Salió una editorial en un diario de acá pidiendo que Ecuador me entregara. Declaraciones de congresistas estadounidenses y la revista TIME exigiendo lo mismo, ciertos sectores de la sociedad ecuatoriana fueron reclutados para presionar al gobierno ecuatoriano.

 

–¿Qué le va a decir al próximo presidente de Ecuador cuando venga a preguntarle cuáles son sus planes para el futuro?

–Que estoy agradecido y que juntos vamos a ganar y asentar un precedente importante para la defensa de los derechos humanos. Como todos los gobiernos debe asegurarse de que sus refugiados sean protegidos. Es la obligación legal del gobierno.

 

–¿No le parece que el próximo gobierno debería capitalizar su victoria diplomática ante Naciones Unidas, que declaró que las acciones de Suecia y Reino Unido equivalen a una detención ilegal?

–Fue una doble victoria porque Naciones Unidos declaró que estaba ilegalmente detenido y Reino Unido apeló y volvió a perder. Fue una victoria diplomática para Ecuador aunque se logró con abogados de WikiLeaks sin la participación de Ecuador. Sin embargo demostró que Ecuador estaba en lo correcto al concederme asilo. Pero si Ecuador decidiera avanzar, se podrían obtener más victorias diplomáticas.

 

–¿Entonces qué va a pasar con su vida?

–No lo sé, tenemos las dos decisiones favorables en Naciones Unidas. Después de muchos esfuerzos logramos que una de mis presuntas fuentes, Chelsea Manning, obtuviera clemencia y será liberada. Estados Unidos se niega a cerrar mi causa por espionaje en mi contra. Tuve una victoria importante en Suecia: después de seis años finalmente se hizo lo que veníamos pidiendo y pude declarar por primera vez. Hasta entonces, Suecia había utilizado su negativa a tomarme declaración en esta embajada como un truco para mantener abierta la investigación preliminar desde 2010. La fiscal en Suecia todavía no decidió si va a acusarme. Si decide acusarme será una decisión política. Por un lado, una acusación formal llevaría a un juicio que el Estado sueco perdería. Por el otro, si la fiscal cierra la investigación probablemente acabaría con su carrera profesional. La mejor opción para la fiscal siempre ha sido mantener el impasse (la acusación de “violación en grado menor” proscribiría en tres años).

 

–O sea que con todo lo que pasó su situación no cambió demasiado.

–Hubo triunfos políticos y legales. Naciones Unidas declaró que mi detención es ilegal.

 

–Pero la decisión no es vinculante.

–Si que es vinculante. Los jueces lo reconocen. La Corte Europea de Derechos Humanos, por ejemplo, hace propios los dictámenes (del Grupo de Trabajo Detención Ilegal) de Naciones Unidos. Lo que no hay es el mecanismo de aplicación.

 

–Entonces no se cumple.

–No, pero obviamente hay un costo diplomático para Suecia y Gran Bretaña. Cada vez que Gran Bretaña o Suecia le vayan a decir a un país extranjero que han detenido ilegalmente a un ciudadano británico, ese país puede contestar que Gran Bretaña y Suecia hacen lo mismo conmigo. Habrá que ver cuánto tiempo quiere pagar ese precio.

 

Fuente: https://www.pagina12.com.ar/18251-trump-es-un-lobo-con-piel-de-lobo